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LA POETISA HEREJE, TAHIRIH QURRATU'L-AYN (1817-1852) Sandra Ferrer Valero

En el Irán del siglo XIX, una mujer, hija de ulemas, se enfrentó a las reglas establecidas. Quiso leer y escribir, interpretar las palabras sagradas y ayudar a las mujeres a emanciparse en un mundo sumido en una profunda ortodoxia religiosa. Cuado Tahirih Qurratu'l-Ayn se quitó el velo en público, no sólo se enfrentó a unas rígidas leyes establecidas sino que demostró que las mujeres podían tener su propia opinión. Profunda mística, poeta y pensadora, Tahirih Qurratu'l-Ayn fue una mujer valiente en un mundo demasiado peligroso para ella. Su trágico final estaba escrito en todos los actos de su breve existencia.
 

La biografía de Tahirih Qurratu'l-Ayn está plagada de incertidumbres y de opiniones encontradas. Habría nacido en 1817, durante el reinado de la dinastía Kayar, en la ciudad provincial de Qazvin, en Irán, en el seno de una familia de ulemas. Hija de Muhammad-Salih Baraghani, un mulá versado en las leyes islámicas más fundamentalistas, su madre era miembro de una familia noble y hermana de un imán. Su familia era muy cercana a la corte del Sha Fath Alí donde tanto su padre como su tío y futuro suegro eran clérigos muy influyentes.

Tahirih recibió una educación distinta a la del resto de las mujeres de su entorno en la escuela Salehiyya que había fundado su propio padre y que tenía un espacio dedicado a la educación femenina. Algo sorprendente si se tiene en cuenta que su padre era uno de los defensores oficiales de las ideas más conservadoras en las que la mujer no podía tener acceso a ciertos conocimientos. Aún así, él supervisó la formación de Tahirih quien aprendió las bases de la religión islámica, literatura y poesía persa y conocimientos de jurisprudencia. Tahirih fue una alumna aventajada que no sólo aprovechó todas y cada una de las lecciones de su padre sino que se convirtieron en los cimientos para su futura vida intelectual.

Convertida en una mujer, Muhammad-Salih Baraghani y su madre vieron con preocupación la actitud de su hija, hermosa e inteligente, que memorizaba con gran facilidad el Corán y que empezaba a tener sus propias ideas sobre religión y política. Además de escribir hermosos poemas, Tahirih inició un camino peligroso para una mujer en el Irán del siglo XIX. No sólo empezó a cuestionar la ortodoxia religiosa, sino que defendió públicamente la emancipación de las mujeres. Simbolizado con un gesto público en el que Tahirih se desprendió del velo delante de su comunidad, luchó hasta su muerte porque las mujeres tuvieran acceso a la alfabetización y pudieran escoger su propio destino.

Para intentar frenar las ideas revolucionarias de su hija, su padre decidió casarla con su primo Muhammad Barghani con el que tendría tres hijos. A pesar de que su marido intentó que Tahirih se quedara relegada tras los muros de su casa, no consiguió frenar el espíritu de su esposa quien siguió enseñando a leer y escribir a sirvientas y mujeres que así lo querían y cuestionando las leyes islámicas establecidas. Ante la imposibilidad de su marido de frenar a su díscola esposa, la muerte de su suegro fue el pretexto para acusar a su propia esposa de haberlo asesinado.

Condenada a muerte acusada de haber matado al padre de su marido fue ejecutada cuando tan sólo tenía treinta y cinco años y su cuerpo lanzado a un pozo sin haber celebrado ningún tipo de ceremonia fúnebre. Su familia y sus detractores intentaron así borrar toda huella de Tahirih Qurratu'l-Ayn, una mujer que en la Persia del siglo XIX intentó romper unos muros que frenaban la libertad de las mujeres.