Ayer por la tarde, mientras esperaba al autobús, vi a una mujer mayor queriendo comprar un paraguas a un mantero que le atendía con una gran sonrisa. Ella tenía dos paraguas en la mano y parecía no saber por cuál decidirse...
Mujer —Este de flores parece mejor que este otro de rayas.
Mantero —Sí, guapísima.
Mujer — Perdona, pero no oigo muy bien, majo. ¿Qué has dicho?
Mantero (levantando un poco la voz) — Que sí, guapísima.
Mujer —Ah, vale. Y el de flores tiene las varillas más duras ¿no?
Mantero (sin perder en ningún momento su sonrisa) —Sí, neska guapa.
Mujer — ¿Eh?
Mantero (más alto) — Que sí, que sí.
La mujer vuelve a mirarlos y cambia de opinión...
Mujer —No sé, creo que no, que el de rayas es el más fuerte. ¿A ti qué te parece?
Mantero (cada vez más alto) —Sí, guapísima.
Mujer —Pero vamos a ver, ¿es que siempre dices que sí a todo?
Mantero (ya un poco nervioso) —¡Que sí! ¡Que todos me gustan!
Mujer —Madre mía, apañados estamos. Yo que no oigo y tú que no entiendes...
En ese momento llegó mi autobús.
No hay nada como la calle para encontrar un buen guión, las mejores historias.
Matié.