· 

'MI ÚLTIMA TAREA'. Matié

De un tiempo a esta parte la edad empieza a teclear en mi hombro; ante ésto, o le doy un manotazo (cosa que no puedo) o confecciono una buena y almohadillada hombrera (cosa que haré) 

Mientras, a mi querida e imprescindible gente le pido que me prevenga: 

- Si pregunto ¿qué tal? como útil para hablar de mi última visita al médico, o las dolencias de la vecina (o vecino) 

- Si repito la misma frase dos, tres, cuatro veces y no me doy cuenta o me importa un bledo.  

- Si filtro injustamente la escucha y el interés.   

- Si convierto en un problema que se me rompa la punta del lápiz y no encuentre el sacapuntas (tengo un bolígrafo a mano pero me gusta menos) 

- Si sólo tengo reflejos para mirarme el ombligo.

- Si convierto la excusa en una habitual consigna contra mi propia incomodidad cotidiana. 

- Si...

Y a mi querida e irreemplazable gente le pido igualmente que me abrace: 

- Si la intransigencia da paso a una sencilla pero audaz tolerancia.

- Si mi experiencia de vida aporta algo de sabiduría a los que me rodean.

- Si descarto cualquier objeto o idea que me apriete y limite.

- Si no me avergüenzo de mi capacidad de asombro: por tenerla y manifestarla.

- Si me emociono cuando una pieza musical disuelve el tiempo. 

- Si sonrío ante nuevos proyectos y los fraguo sobre caminos llanos.

- Si desprecio las etiquetas, mías y ajenas.

- Si...

A mi edad, y a mis siempre admirados seres queridos les ofrezco esta hombrera aunque, eso sí, primero tengo que fabricarla, despacio, con toda la maestría y la ternura que se merece.

Estoy en ello y os veo (y disfruto) en esta maravillosa tarea.