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MIREN SANZ FIKA


Miren Sanz Fika (Bilbao, 1981) es dramaturga y narradora.

Licenciada en Historia, en Periodismo y Master en Investigación y Formación literaria y teatral, es autora de varias obras teatrales como In perpetuum mobile y Una última entrevista.

Desde 2008 ha recibido formación literaria del dramaturgo y poeta Josu Montero, así como formación teatral en cursos de dramaturgia contemporánea impartidos por Alberto Conejero, María Velasco y Tamara Gutiérrez.

En 2011 crea, junto a otros siete miembros, Alanbike Teatroa, compañía residente de Kabia teatro. Ha participado desde entonces en todos sus proyectos y creaciones, así como en la formación continua del grupo. Dentro del mismo se encarga de la dramaturgia. 

Visitar: https://alanbiketeatro.wixsite.com/castellano

 

OBRAS 

 

‘In perpetuummobile’

‘Una última entrevista’

‘Oumuamua’

 ‘La zona abisal’

 

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FRAGMENTOS

 https://alanbiketeatro.wixsite.com/castellano 

 

In perpetuum mobile (Fragmentos)

Escena: El color del color

Cremona. - Hay algunas cosas que sí sé, hay algunas cosas que sí entiendo

Batista. - … (Sigue moliendo los colores en silencio)

Cremona. - (Sin mirar a nada en particular) Que la hoja de la canela es verde. Que es posible evitar una segunda bofetada si se sonríe lo suficiente. Que de día las calles no llevan a los mismos sitios que de noche. Que frotarse con azafrán muslos y pezones da buenos resultados. Que el sabor de la sangre es el mismo en todos los cuerpos. Que no siempre es agradable una caricia. Que la lavanda es un remedio eficaz contra la polilla pero que no hay nada que mantenga al dolor alejado. Que hay muchas formas de caer y pocos sitios donde agarrarse. Que por mucho que restriegues la piel con limón hay olores que no se van.

 

Battista. - (No la mira. Repasa en voz alta lo que hay sobre la mesa elevando el tono poco a poco) Laca rubí, goma arábiga, pellejo de uva, aceite de linaza, carbón, tiza. Sangre de dragón, lapislázuli, amarillo de Nápoles, malaquita, azurita, hollín, huesos quemados, cochinilla, tiza, rejalgar, resina de oriente, arcilla…

 

Cremona. - (A la vez, también irá elevando el tono) Que abrir las piernas da mejor resultado que abrir la boca. Que una ramita de espliego y un poco de vainilla ayudan a conciliar el sueño. Que hay pesadillas que no terminan cuando despiertas. Que es imposible que algunos recuerdos cicatricen. Que untarse la espalda con aceite de almendra la deja más suave, aunque no borra las marcas de latigazos. Que un cuerpo desnudo sigue teniendo mucho que esconder. Que la flor de sauco es buena para las quemaduras. Que son muchos los modos de dar placer casi tantos como los de hacer sufrir. Que hay infinitas maneras de venderse.

 

Battista. - (Se calla y la mira) 

Cremona. - Que una canción de cuna te puede acompañar toda la vida. Que ni Afrodita ni Venus tienen altar en las iglesias. Que María Magdalena es y será siempre una puta.

 

Silencio. Cremona vuelve a girarse hacia la puerta.

Battista. - (levanta un mineral y se lo enseña) Malaquita, todos los males quita, eso dicen. De aquí se obtiene el pigmento Terra Verde para los tonos apagados de la piel, para las sombras, para pintar el miedo.

Cremona. - (Se gira hacia Battista) para los bosques, para la envidia, para caminos que no llevan a ningún sitio.

 

Escena final

Ludovico. - Soy Ludovico Sforza. Yo soy Ludovico Sforza. El moro. Sforza, Ludovico Sforza. ¿Quién eres tú? Nadie. Tú no eres nadie, tú no tienes nombre. No tienes una ciudad en tus manos. Yo la tengo. Yo soy. Milán es mía. Yo soy Ludovico Sforza. Yo tengo. Yo soy.

Ya no tengo nada. Nada, ni ciudad, ni nombre, nada. He tenido. He sido. Beatrice ha muerto. Beatrice d’Este ha muerto. Beatrice d’Este, no Beatrice Sforza, no tomó mi nombre, no lo hizo eterno. Beatrice d’Este. De Oriente. Mi viento, mi fuerza. Mi punto cardinal. Mi yo. Beatrice ha muerto. Ludovico vive, pero ya no es.  Sforza, el moro, Ludovico. Yo no tiene. Ya no es. 

Harto, estoy harto de luchar, harto de pelear. Yo mando, yo ordeno, ellos obedecen, se someten y callan, porque yo soy Ludovico Sforza. Soy la fuerza. Ludovico Sforza, Condottieri de Milán. Hijo ilegitimo de Francesco Sforza. Ilegítimo. Ilegítimo.

Llegan los franceses. Los franceses no tienen nombre, no tienen rostro. Son ilegítimos. Tienen, pero no son.  No son Sforza, no son Medici, no son de l´Este, ni del Oeste. No son. Sólo tienen. Tienen armas, tienen soldados. Tienen y son.

Luis XII de Francia. Luis de Orleans. Luis a solas. Nieto de Valentina Visconti, duque legítimo de Milán. Ludovico Sforza, duque ilegítimo de Milán. Hijo ilegítimo.  Duque ilegítimo.

Pero yo soy Sforza, yo soy la fuerza…

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La zona abisal (Fragmentos)

Escena I: La piscina

Las esponjas de mar unos 1500 años

 

El tiburón boreal 600 años

 

Los tardígrados u osos de agua, viven muy despacio y tardan mucho, mucho en morir, soportan temperaturas extremas, radiación, altas presiones y aguantan fuera del agua unos 10 años.

 

Las tortugas viven más de 100 años

 

Las almejas, más de 400 años. La almeja Ming llegó a los 507, murió cuando unos científicos la abrieron para determinar su edad. ¡¡Feliz cumpleaños!!

 

Las ballenas de Groenlandia más de 200 años

 

Las langostas viven, bueno nadie sabe cuánto viven exactamente las langostas, cada vez que mudan la piel, dejan junto con la cáscara su edad atrás y permanecen siempre jóvenes. Dicen que viven unos 50 años, pero aparentan siempre menos. No le preguntéis nunca la edad a una langosta, no se lo toma nada bien.

 

Los corales, unos 4000 años