Ocho Mujeres Africanas Feministas
Alejandro de los Santos8 marzo, 2015
Chinua Achebe se considera indiscutiblemente el padre de la literatura africana. Sin embargo, casi nadie se plantea quien fue la madre de las letras de África. En Mozambique Noémia de Sousa fue la primera personalidad literaria en exhaltar la sangre negra transmitida por las madres negras de gran parte de la población mestiza. Sus libros están prácticamente agotados y la frecuente división de las antologías literatura africana según la lengua del colonizador, pocas veces destacan su breve, pero no menos relevante, incursión en la poesía. En la obra de los primeros novelistas africanos como Chinua Achebe, Ousmane Sembène o Ng?g? wa Thiong’o, la mujer aparece abocada a un papel de esposa tradicional y raramente se pusieron de manifiesto los cambios que se estaban produciendo en las sociedades modernas de África subsahariana. El mito de la mujer sumisa se propagó en los escritos surgidos en el período de las independencias y apenas se dio importancia a la literatura femenina de la época. ¿Quién conoce la obra de Marie Claire Matip, camerunesa que publicó sus primeros escritos en 1958? Pocos y quien quiera leerla tendrá que enfrentarse a vientos y mareas para tener acceso a sus libros.
Reducir el papel de la mujer africana a los tópicos con los cuales es representada en la mayoría de los casos, es negar una historia repleta de luchas y de logros. No podemos olvidar la contumacia de las amazonas negras del Reino de Dahomey, que se organizaron en guerrillas para combatir al colonizador europeo. Existen varios casos de poliandria en algunas etnias, a través de la cual la mujer puede sumar varios esposos. El matriarcado supone una estructuración familiar frecuente en diferentes puntos del continente como en Mauritania. Y no son pocas las activistas que tratan de acabar con la mutilación genital femenina en las zonas más afectadas por esta práctica bárbara. En el norte del continente la escritora argelina Assia Djebar no dudó en denunciar en sus libros los múltiples episodios de violencia y represión vividos por sus compatriotas. En Túnez, Marruecos y Egipto el activismo de las mujeres logró extrapolar muchas de sus reivindicaciones a las primeras Constituciones nacionales. De hecho presidente egipcio Gamal Abdel Nasser fue el primero en rechazar y mofarse de la imposición del velo a la que aspiraban los Hermanos Musulmanes ya en los años 50. En África subsahariana, Miriam Makeba en Sudáfrica, Margaret Ekpo en Nigeria o Adelaide Casely Hayford en Sierra Leona son verdaderos símbolos nacionales de la lucha femenina contra el colonialismo, el machismo y el racismo. Y en la actualidad, Ruanda es el único país del mundo con mayoría de representación femenina en el Parlamento.
En África las corrientes feministas son tan diversas como también lo es el continente. Es un tanto arriesgado hablar de “feminismo africano” en general, pues supone volver a encasillar y negar la diversidad de miras que ha existido, existe y existirá. En ningún caso podemos vincular estas posturas al llamado “black feminism” o “feminismo negro”, conceptos surgidos en la diáspora y que corresponden a contextos sociales que poco tienen que ver con la realidad de las mujeres africanas. Por lo tanto, nos centraremos en la obra de algunas de las escritoras que más han dado que hablar por su obra y posturas relacionadas con el feminismo en África.
1. Ken Bugul (Senegal)
Una de las voces que más controversia ha generado en el mundo occidental. La escritora senegalesa no duda en acusar a las feministas occidentales de imponer la universalidad de unas teorías y conductas que se apartan enormemente de las realidades sociales y de la estructuración de las sociedades africanas. Criticada en determinados círculos feministas por su “relativismo cultural”, Bugul relata en su obra Riwan o el camino de arenasu experiencia como vigesimoctava mujer de un polígamo, en lo que describe como uno de los momentos más importantes de su vida. Su defensa de la libertad de elección sobrepasa una organización familiar que es tachada tanto en occidente como en círculos más progresistas de África como el súmmum de un machismo ancorado en tradiciones que impiden la emancipación de la mujer. Al igual que otras autoras feministas como la india Chandra Mohanty, rechaza contundentemente toda imposición teórica por parte de occidente por muy bienintencionada que sea.
2. Paulina Chiziane (Mozambique)
Criticada como obra desmedida y exagerada por parte muchos hombres de Mozambique, Niketche despertó un animado debate dentro de la sociedad de este país, por ser una de las primeras obras que indaga en las más diversas formas del machismo en los tiempos actuales. La obra analiza las consecuencias de las interdicciones de la poligamia en el sur del país como consecuencia de la colonización y la evangelización. A pesar de ello, continúa siendo una práctica habitual que tiene lugar paralelamente a los registros matrimoniales oficiales. Según Chiziane, el poder adquisitivo de una persona era lo que determinaba la posibilidad de casarse con una nueva mujer. Actualmente se impone un engreimiento viril más relacionado con una promiscuidad irresponsable que con la capacidad de mantener a otra nueva familia. La edición del libro en castellano está agotada por el momento, aunque está disponible en la red de bibliotecas públicas de las diferentes Comunidades Autónomas españolas.
3. Nawal El Saadawi (Egipto)
Activista, psiquiatra y escritora de renombre internacional, El Saadawi fue encarcelada tras enfrentarse al gobierno de Egipto y posteriormente se vio obligada exiliarse a Estados Unidos tras recibir amenazas de muerte por parte de los fundamentalistas. Conocida como la Simone de Beauvoir del mundo árabe, a pesar de su avanzada edad ha sido una de las voces más destacadas de las concentraciones revolucionaras ocurridas en la plaza de Tahrir. Según la autora la división de géneros presente en Egipcio obliga a que sigamos pensando en una diferencia entre sexos y luchando por la liberación tanto del hombre como de la mujer. Al igual que Emma Goldman con su célebre Viviendo mi vida, la El Saadawi ofrece una amplia perspectiva de una vida dedicada a la lucha a favor de la dignidad de las mujeres en la obra Prueba de fuego.
4. Fatema Mernissi (Marruecos)
Fue Premio Príncipe de Asturias de las Letras en el año 2003 y es una de las escritoras imprescindibles de lo que se conoce como “feminismo islámico”. Procedente de una familia iletrada, Mernissi se educó únicamente en escuelas coránicas y habló únicamente árabe hasta los 20 años. Ha publicado numerosos títulos que han sido traducidos al español, entre ellos El harén político: el islam y las mujeres o Las sultanas olvidadas. Este último libro constituye un recorrido inédito por la historia del Islam y nos permite descubrir la vida y labor de quince mujeres que tomaron el poder en lugares donde las competencias políticas eran un asunto exclusivamente masculino. Quince historias que quiebran toda visión arquetípica de la mujer musulmana como sumisa y débil. La virtud de Mernissi es precisamente poner de relieve la entereza y el espíritu de lucha que caracterizó a estos personajes históricos, el mismo que define a un buen puñado de feministas que se movilizan diariamente por derrumbar la dominación masculina.
5. Ama Ata Aidoo (Ghana)
Una de las primeras escritoras de Ghana que defendió la igualdad de sexos en un contexto de descolonización en el que los escritos reivindicativos sobre la situación de la mujer parecían quedar relegados a un plano secundario. Es tal vez una de las mujeres más originales, pues se aleja de los clichés de la mujer africana eminentemente rural y saca a la luz otras realidades sociales. A pesar de su importante labor literaria, el primer libro publicado en español lo editó Casa África hace apenas cuatro meses. Nuestra hermana aguafiestas no es precisamente una obra en la que se discuta la situación de la mujer como tema central, pues aporta una visión muy personal sobre los contrastes entre Europa y África. No obstante, Ama Ata Aidoo merece estar entre las ocho seleccionadas.
6. Buchi Emecheta (Nigeria)
Con más de veinte obras en su haber, Emecheta imprime a sus historias un punto de vista en el que rechaza todo encorsetamiento tradicionalista que pueda afectar a la mujer. Entre sus temas predilectos se encuentran la esclavitud, la maternidad, la independencia de la mujer o la conquista de la libertad mediante la educación. Kehinde es uno de los pocos libros de su cosecha que han sido traducidos al español. La protagonista vive en Londres desde hace 18 años con su esposo y dos hijos. Allí goza de la libertad y el anonimato que permite esta ciudad. Por circunstancias de la vida vuelve a Nigeria, donde se enfrenta a unas tradiciones que chocan con su vida en Europa. Decepcionada y abrumada por el peso del machismo, decide volver a su exilio en la capital londinense, pues este contexto es el único de los que conoce que le permiten desarrollarse libremente como persona.
7. Yvonne Vera (Zimbabue)
La historia de Mariposa en llamas ocurre en la ciudad de Bulawayo, en Zimbabue, durante una época en la que imperaba un sistema de segregación racial. Yvonne Vera construye un arduo escenario en el que la circulación de los negros y la vida diaria está determinada por la proscripción, la pobreza y la represión. En medio de este panorama, la autora da vida al personaje de Fefelafi, mujer soñadora que vive con total plenitud juventud. Enfermera de profesión, la protagonista tratará de hacerse un hueco en esa sociedad y desafiar los numerosos obstáculos que se imponen a una mujer negra en una sociedad dominada por el racismo y el machismo de los blancos.
8. Chimamanda Ngozi Adichie (Nigeria)
La escritora africana del momento, con el éxito rotundo de su última novela Americanah, Adichie destaca por una magnífica retórica que convierte en viral prácticamente cada vídeo en el que aparece. Su conferencia Todos deberíamos ser feministas recorrió medio mundo a través de las redes sociales y hace unos meses una editorial de Estados Unidos decidió publicar su versión íntegra. “El feminismo no forma parte de nuestra cultura”, le dijo una profesora nigeriana a Adichie. Ella se sirve de argumentos como este, bastante habituales en África, para elaborar un discurso simple en apariencia, pero que ha servido de inspiración a miles de mujeres y hombres de todo el mundo. En una de las conferencias ofrecidas por la nigeriana en Suecia, en el turno de preguntas una mujer le confesó que tras escuchar esa ponencia decidió sumarse a las reivindicaciones feministas, pues a su juicio son necesarias para que las mujeres puedan seguir conquistando los espacios de libertad que les son continuamente negados. El libro no está aún publicado en español.
Fuente: http://www.afribuku.com/feminismo-africano-literatura-femenina-africa/