Apoyado sobre una pared veo un cartel publicitario de helados Cornetto que muestra la cara sonriente de un joven tan atractivo como el 'manjar' que anuncia y un slogan: Cornetto. ¿Por qué no ahora?
Dos mujeres octogenarias que pasean por delante de mí se paran a mirar el cartel y después de unos segundos observándolo entablan esta genial conversación:
- ¿Por qué tenemos que llegar tú y yo siempre tarde?
- No sé. ¿Por qué dices?
- Mira qué preciosidad, qué sonrisa. Que te abrace uno así tiene que ser pecado a la fuerza. Si lo tuviera delante le diría: ¿Por qué no ahora, Cornetto?
- Ya está, la Magdalena soltándose la melena. No tienes remedio, Pruden. ¡No tienes remedio!